¿Cómo reparar tu piel dañada después del verano y prepararla para el cambio de estación?
Seguro que después de las vacaciones has vuelto con buena cara, descansado y con una piel bronceada y bonita. Aparentemente, todo bien, pero seguro que las horas al sol, en la playa, la piscina y algún exceso con el alcohol, no le habrán hecho nada bien a tu piel así que te compartimos algunos consejos para que recuperes tu piel después del verano.
Solo hay una solución: ¡hidratación!
Mañana y noche… Intenta no darte duchas muy calientes ni muy largas. Elige, en lugar de gel de baño, gel limpiador sin jabón enriquecido con agentes humectantes como manteca de karité o aceites vegetales.
Al salir de la ducha, hay que nutrir generosamente: leche, crema, bálsamo o aceites que actúen más profundamente. ¡Empezamos por los tobillos, subiendo por la pierna sin olvidar el vientre y los brazos. También puedes notar que la piel está más apagada. Para recuperar rápidamente la luminosidad de nuestro cutis, ¡hagamos un tratamiento de choque!
- Busca un tratamiento nutritivo por la mañana y por la noche, acorde a tu tipo de piel, incluso en pieles grasas.
- Dos veces por semana, rutina esencial: una mascarilla hidratante y regeneradora restaurará la tasa de hidratación óptima, esencial para una buena piel.
En cuanto a la rutina diaria de belleza, tras el tratamiento de choque, retomamos la rutina clásica: seguimos hidratando, limpiamos nuestra piel mañana y noche, exfoliamos una o dos veces por semana, y aumentamos el número de mascarillas.
Consejo número 2: cuídate por dentro, come sano
Es fundamental cuidarse por fuera y por dentro porque, quien dice buena salud, también dice piel bonita. A medida que se acerca el otoño, los días se acortan y las temperaturas comienzan a bajar. Nuestro reloj interno, fijo en las horas de sol y el ritmo día / noche, se descompone con este cambio repentino, lo que hace que nuestro cuerpo sea más vulnerable a la fatiga.
– Frutas y verduras de temporada: el sol ataca la piel que produce más radicales libres. Para eliminarlos, sigue una dieta rica en antioxidantes y consume frutas y verduras de temporada- Estos alimentos te proporcionarán muchas vitaminas A y E, que son esenciales para este período de transición.
– Mucha agua (en todas sus formas): Ya sea para tener una piel bonita o una salud de hierro, no olvides beber al menos 2 litros de agua al día para depurarte e hidratarte por dentro.
– Vitamina C o jalea real (frescas o en cápsulas): lo notarás también en la piel.
La piel es el reflejo del alma: descansa y haz ejercicio
Como habrás comprobado cada cambio de estación, tu reloj interno necesita estabilizarse para que encuentres energía física y mental.
Y para eso, necesitas:
1) Descansar: Intenta adoptar un patrón de sueño regular durante las primeras semanas, para que tu cuerpo entienda el cambio.
2) Ejercicio: Lo sabemos, hace frío por la mañana, está oscuro a primera hora de la tarde, pero comprométete con este punto. Deporte = refuerzo del sistema inmunológico.
Tu cuerpo y tu piel necesitan aire fresco, respirar y eliminar las toxinas, no es óptimo quedarte en casa o en la oficina todo el día.
Con un poco de buenos hábitos haremos frente a los difíciles cambios climáticos y de estación que tanto afectan a la piel. Es un período crucial en el que debemos encontrar el equilibrio entre la libertad del verano y la protección del invierno.