NUTRICONSEJO: EL MUNDO DEL ZUMO
De entre aquellas “cosas” que se ingieren y tradicionalmente se ha considerado como saludable, el zumo de frutas está en las primeras posiciones. Pero una vez más , la caprichosa evidencia científica se interpone entre creencias tradicionales y salud. Y la tecnificación aprovechó la buena imagen del zumo exprimido para inundar las despensas de centenares de tipos de zumos de frutas, donde quedara bien patente que la fruta era el constituyente principal, fuera cual fuera la fórmula empleada. Pasaron los años y el estilo de dieta fue cambiando , el peso medio de la población aumentó y de nuevo apareció un filón de oro, transformar los productos envasados a base de fruta modificando su fórmula para hacer “desaparecer “, por supuesto entre comillas, aquel componente que contribuía a la ganancia ponderal, el azúcar añadido. Y dio a luz una de las frases más celebres de los productos envasados : “sin azúcar añadido”. Lo que vendría a significar: el exorcismo del zumo. Claro que, lo que no teníamos claro, inocentes consumidores, es que el demonio de viste de Prada, bajo ese coqueto envoltorio, de plástico (una vez más) o tetra brik, repleto de bonitos colores, llamativas llamadas al consumo de vitaminas y a la ingesta de un néctar exento de culpa, que si de pulpa. El reloj corría y el lento pero seguro trabajo de la ciencia determinó, no sólo que la ingente cantidad de productos a base zumo envasado estaban en el lado oscuro de la fuerza, sino que el que parecía cabecilla de la resistencia frente al mal, el zumo natural exprimido en nuestras rudimentarias máquinas manuales primero y las modernas exprimidoras “inteligentes” después, era en realidad, un exponente de dichas fuerzas malignas, para nuestra salud como consumidores. Y qué decir de un desayuno de viajero sin el vasito de zumo. No es lo mismo viajar así que mondando la fruta en un comedor, manchándose las manos delante de decenas de comensales, a no ser que la cortesía del servicio incluya esos enormes boles de fruta pelada, cortada y mezclada, donde no hay más remedio que consumir la mezcla, a no ser que se desee excavar con el cucharón de servirse para escoger aquella fruta en daditos que más nos apetezca, algo indecoroso a todas luces. Por añadidura, algo que parezca saludable, no haya que manipular para no perder tiempo a la hora de preparar almuerzos y sea pequeño para poder poner en la mochila del cole: el “zumito”. ¡Y con una pajita adherida al envase! ¿Se puede pedir más?
Las diferencias entre exprimir fruta natural en un vaso y tomar una pieza de fruta “de verdad” son notables”: Un vaso de zumo natural exprimido tiene bastantes más calorías (necesitamos exprimir más de una pieza, concentrando el azúcar), prácticamente no tiene fibra, es mucho más rápido de tomar, tiene un escaso valor saciante y produce más llamada a tomar más por dicho escaso valor saciante y no ser necesario pelar y cortar. Pero además, el comportamiento del azúcar tras ingerirlo es diferente en función de si está “libre” en el zumo o en los tejidos originales del alimento. Existe relación directa entre la ingesta regular de zumo y la tendencia a desarrollar diabetes y sobrepeso u obesidad. Al fin y al cabo tenemos agua con azúcares y menos vitaminas y fibra. Es decir, hemos reproducido de forma casera un zumo industrial. En el caso de zumos industriales envasados sólo a base de fruta, “sin azúcares añadidos” y sin edulcorantes, estamos en el caso del zumo casero pero corregido y aumentado, dado que el proceso de elaboración utiliza concentrados de fruta que darán como resultado una alta concentración, valga la redundancia y la regla de tres, de azúcar libre “nadando” en agua. Y nos encontramos con que el efecto es parecido a tomarnos una coca-cola con todo su azúcar.
Desde Dieta privée nutricionistas sólo se nos ocurre una cosa:
¡ENGÁNCHATE A LA VIDA Y A LA NATURALEZA! ¡COME FRUTA DE VERDAD!
(Y si eres diabético, con más razón)
Iñaki Villanueva. Farmacéutico y Dietista-Nutricionista.
Dieta privée nutricionistas. La Dieta Que Se Adapta A Ti
