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¿Son Peligrosas Las Gafas De Sol No Homologadas?

¿Son peligrosas las gafas de sol no homologadas?

Hola de nuevo amigos,

Nos encontramos gafas en todas partes (tiendas habituales de ropa, accesorios y complementos, mercadillos, bazares, lugares ambulantes, de regalo con una revista…): una infinidad de gafas de sol de todo tipo, con diseños atractivos para todos los estilos, a la última moda, infinita variedad de modelos.

La tentación es muy grande y, a veces, resulta difícil escapar de ella. Sabemos que de mucha calidad no pueden ser, pero nos engañamos pensando que son sólo por un rato, que no nos gastaremos tanto dinero en unas gafas que utilizaremos muy poco o incluso que sólo las compramos para combinar con nuestro nuevo conjunto.

La realidad es que la mayoría de personas no son conscientes del grado de peligrosidad que tiene utilizar gafas de este tipo, ni tampoco del daño tan grave que producen en sus ojos. Para hacernos una idea, los ojos son 20 veces más sensibles a las radiaciones solares que la piel.

No podemos usar protector solar en ellos y tampoco producen melanina para defenderse del sol. Su mecanismo de protección consiste a abrir (dilatar) o cerrar (contraer) la pupila para regular la penetración de luz según su intensidad.

¿Cómo protegen al ojo las gafas de sol que cumplen los estándares de calidad necesarios?

Las gafas homologadas filtran la luz solar (visible) para que no nos moleste y también filtran los rayos ultravioleta (invisibles, los más nocivos) para evitar que nos produzcan lesiones.

¿Qué hacen las gafas de sol no homologadas?

Si tienen los vidrios oscuros, reducen la luz que llega a los ojos y, por lo tanto, hacen que las pupilas se dilaten pero, y aquí está el problema más grave, no filtran los rayos ultravioletas, de tal manera que penetran íntegramente en el ojo.

Es decir, es mucho peor traer puestas gafas de sol malas que no llevar nada porque, al menos sin un cristal oscuro por el medio, los ojos «cierran» las pupilas de manera natural para reducir la penetración de luz y, por lo tanto, también de rayos UV.

Aparte de este aspecto, que es lo más importante, los cristales de mala calidad suelen presentar irregularidades que afectan la visión y pueden ser muy peligrosas, por ejemplo, conduciendo. Dolores de cabeza o sequedad ocular son algunas consecuencias más.

¡Así que ya sabéis, amigos, hay que utilizar gafas de sol de calidad!

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