En busca del tesoro, mi producto cosmético ideal.

La piel tiene tres capas: epidermis, dermis y tejido subcutáneo. A lo que hay que añadir folículos y glándulas sebáceas y sudoríparas. A su vez, la epidermis tiene diversas capas. La más externa es la córnea, cuyas células utilizan una serie de lípidos (grasa) como cemento de unión. Es la capa que sufre descamación y donde se nota la deshidratación, que puede llegar a ser muy problemática, sobre todo en ciertas épocas del año, presentándose además irritación, picor y fuerte descamación, en muchos casos. Estamos acostumbrados a ser bombardeados con marketing sobre los principios activos, más o menos novedosos, enfocados a luchar contra la deshidratación o fenómenos como la aparición de arrugas. La hidratación también es fundamental para prevenir la aparición de todo tipo de arrugas. Pues eso es lo que son éstas, deshidratación o pérdida de la capacidad de retención de agua por parte de la piel. Sin embargo, en el mantenimiento de dicha hidratación, como acabamos de decir , cobra especial importancia la fase grasa cutánea, pues debido a su poder como repelente del agua, logra evitar la deshidratación. Por lo tanto, en la formulación cosmética, la capacidad de conservación del manto hidrolipídico, como se llama a dicha estructura externa, es crucial. Así, la fórmula pasa a tener otra dimensión importante que se encuentra más en los excipientes que en los activos. Farmacéuticamente sabremos que en función del tipo de piel, el poder aislante de la crema tendrá mayor o menor importancia y por tanto, recomendaremos aquella que se adapte mejor en función de los excipientes. En general, se trata de encontrar una mezcla perfecta entre función barrera y protectora, oclusividad (que permita la buena incorporación de los activos a la estructura interna de la piel), transpirabilidad (intercambio gaseoso y de líquidos entre la piel y el medio externo, hipoalergenicidad y por supuesto confort en la aplicación y sensación no untuosa. El diagnóstico del tipo de piel, la observación in situ (debido a que la piel varía a lo largo del año en el grado de hidratación o puede presentar problemas fisiopatológicos crónicos o puntuales), permite la selección del cosmético barrera hidratante ideal para cada caso. En la actualidad, las posibilidades químico farmacéuticas para incorporar diferentes excipientes que consigan la mezcla de las características anteriormente citadas son interminables. Pero la complejidad de la fórmula aumenta y el asesoramiento de manos expertas se hace necesario. Otro factor importante es el pH. En esta zona del organismo es ligeramente ácido (5,7 – 5,9). Por lo tanto, la fórmula elegida deberá respetar dicho pH basal de la piel, no alterarlo. Externamente la piel debe ser respetada a través de costumbres correctas. La más importante para no producir la pérdida del factor natural de hidratación asociado a la capacidad protectora de la barreara grasa natural de la piel, es la noutilización de jabones tanto manos, faciales y/o corporales (jabones y geles detipo jabón).

¿Y qué es la calidad? Solemos asociarla a cosas como comparar un coche de lujo con uno económico. Y no es exactamente eso. La calidad es poder dotar de resultados de forma continuaa una necesidad concreta. Es decir, encontrar el producto adecuado para cada necesidad y que el diseño, información y disponibilidad del producto se ajusten a las características del producto. Para dotar de dicha calidad al producto son necesarios los mejores conocimientos y los mejores medios para  canalizar, a través de una cadena profesional adecuada (la farmacéutica), un flujo de información y asesoramiento sobre el producto que se ajuste específicamente a las características de dicho producto y a las exigencias (en este caso de tipo dermatológico) del cliente y/o paciente.

Existe una solución personalizada. Existe un servicio de calidad con los conocimientos y la experiencia necesarios.. Farmacia Villanueva, desde 1971. Expertos en Dermofarmacia.