ASTENIA PRIMAVERAL, ¡QUÉ EXAGERACIÓN MARKETENIANA!
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¿Proceso patológico? Pues no se entiende científicamente así. Simplemente es un cambio adaptativo a las nuevas condiciones: clima y presión atmosférica, horarios, día más largo , horas de sueño, horario de comidas y cambios en el estilo de vida en general que afectan a nuestro ritmo circadiano (el ritmo de los niveles de hormonas en sangre). Al sufrir dicha adaptación, aparecen una serie de síntomas que todos solemos apreciar en mayor o menor medida. Estos síntomas pueden verse acrecentados en personas con ciertas sintomatologías, como los alérgicos, personas inmunodeprimidas, enfermos crónicos…Pero tranquilos, no es grave y se cura sola. Si podemos daros una serie de recomendaciones con las que adaptaros mejor a este cambio que por otra parte nos anuncia eso que a la mayoría nos gusta: el buen tiempo, la luz, las vacaciones, el verano, el ocio en general…
En primer lugar: tomar vitaminas no te servirá de nada. La recomendación de tomar vitaminas por esta época es un mito. Y aquellos que se `autovitaminan´ usando fuentes diferentes de una dieta equilibrada suelen acabar con hipervitaminosis, algo tan malo en muchos casos como la hipovitaminosis. La hipervitaminosis se ve más, casualmente, en personas que `se cuidan´ o que sienten cierta obsesión por su estado de salud. Nuestro consejo es la prudencia, no todo se resuelve a base de suplementos. La suplementación vitamínica atiende a estados carenciales relacionados con determinados estados fisiológicos, ciertas enfermedades (por ejemplo falta de vitamina D en edad avanzada, ácido fólico en el embarazo, síndromes de malabsorción, desnutrición…) o una dieta crónicamente desequilibrada. Además, se suele hablar de vitaminas, ¿y qué pasa con las sales minerales? Son tan importantes como las vitaminas, como el caso del hierro y la anemia (el déficit nutricional más frecuente en todo el mundo) o el calcio y los problemas óseos.
Por ello lo mejor es llegar preparado a esta fase del año y seguir una serie de recomendaciones para atravesarla de la mejor forma y poder disfrutar de todo lo que nos ofrece. Tratarlo como un problema agudo a base de ingestión de ciertos productos es absurdo. Por lo tanto, en primer lugar, como siempre, como no puede científicamente ser de otra forma, en el número uno, por méritos propios, tenemos la dieta equilibrada, moderada, variada (consúltanos, da el paso, somos expertos desde hace muchos años y hemos ayudado a cientos de personas). ¿Consumir ahora más frutas y verduras? ¿Por qué? No tiene sentido: tu organismo es el mismo en Octubre y en Abril, a las 9.00 h y a las 12.00 h. Seguir a largo plazo esa dieta con la que soñaste un día es lo que más te ayudará. Y a prevenir enfermedades, estar más activo, verte bien, etc. En el número dos, aunque incluido en el uno: ¿Te acuerdas del agua? Tira la lata de lo que sea y bebe agua (mmmm, qué rica, si, sabe a agua. La hidratación más reconfortante). Medalla de broce y el complemento ideal de lo anterior: algunos lo ponen en primer lugar, como una moda… una vida activa, sin sedentarismo y/o ejercicio regular moderado y/o moderado-vigoroso. Importante: no hace falta hacer maratones. Cuarto: duerme. Graba tu serie favorita para el `finde´ y ponte a contar ovejitas debajo del edredón calentito a una hora prudente. Con el cambio de horas de luz se suelen alterar las horas de sueño. Haz un esfuerzo y márcate bien esas 7 horas ¡Ya verás qué bien! No hay nada como levantarse descansado para afrontar el día y ayuda a seguir una dieta equilibrada, ya que está comprobada la relación entre la obesidad y las pocas horas de sueño.
Y poco más que contarte. ¿Un cafelito demás o un té? Depende, no hay norma. ¿Alguna planta? Alguna que cuenta con cierta bibliografía de referencia podría ser el hipérico, que podría ayudar a levantar el ánimo. ¡Ah! No te metas chutes de azúcar (jalea…), eso si que va mal. El ginseng, cuánto mito.
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Esperamos que te hayan gustado estos consejos y que disfrutes de la primavera, gracias por leernos.
